Entrada destacada

Love Live Life – 殺人十章 = 10 Chapters Of Murder (1972)

Imagen
 No hay duda alguna que la visión de los japonés en los 70’s siempre ha sido algo digno de apreciar, hoy en día cualquier manifestación que deslumbra Japón en cuestiones de ARTE logra ser algo memorable, freak y hasta de una delicadeza bárbara. Este álbum es justamente eso, y me gustaría que ustedes puedan apreciar un poco más de esa performance que solo Japón sabe manifestar en su música.10 Chapters Of Murder - from Colin Wilson's Encyclopaedia of Murder es un álbum singular, quizás no logre ser extremadamente avant-garde pero logra llegar a un punto muy alto dentro de su concepto y se vuelve una experiencia fascinante.   Debo confesar que este álbum es una obra aun "fresca" para mis oídos y todavía no salgo por completo de su performance, sin embargo para mí esto es toda una aventura sonora al extremo pues es como navegar por ríos peligrosos, en si una verdadera experiencia. Si bien sabemos que los "conceptos artísticos" de los japoneses en ocasiones son bizar

Nazareth - The Catch 1.984 (colaboración Christian Jiménez)

Ya lo comenté en su momento:

A mediados de los '80 la industria musical pegó un vuelco de tres pares de narices, y las modas imperantes del momento cambiaron el rumbo de muchísimas bandas, que se veían impotentes ante sus competidores más jóvenes, que iban surgiendo a cada segundo que pasaba en aquella década.

Muchos grupos tradicionales intentaron experimentar con los sonidos y estilos que más pitaban y, o muchos se pegaron el castañazo, o por suerte consiguieron gustar a las nuevas generaciones.

Están los casos de ZZ Top, Uriah Heep o YES, que sí fueron alabados por sus seguidores de toda la vida y por una legión de fans con sangre fresca que les acogieron con los brazos abiertos...pues esa no fue precisamente la situación para los escoceses Nazareth.


Este puñado de “rockeros” de pura cepa originarios de las tierras de Dunfermline se alinearon a finales de los '60 y la verdad es que no inventaron nada nuevo, pero explotaron como nadie el “hard rock” más potente y clásico que tan en boga estaba en los '70, derivado de gigantes como Led Zeppelin, FACES, FREE, etc..

Además ellos aprovecharon todas sus influencias y en cada uno de sus discos se podían escuchar interesantísimas mezcolanzas del “rock” más básico, “boogie rock”, un sentimiento muy “country” y “blues”, pinceladas de “soul” (que Otis Redding sea el cantante favorito de Dan McCafferty tiene mucho que ver) y una vena “popera” que resaltaba su lado más comercial.

Durante toda esa década se hicieron un nombre en la historia de la música, y aunque siempre quedaban por debajo de otros monstruos como Purple, Sabbath o Tull, es innegable la aportación que hicieron al género con una serie de álbumes ya emblemáticos, como “Razamanaz” ('73), con el que consiguieron su primer éxito en los “charts”; “Hair of the Dog” ('75), su obra maestra que les hizo coronarse como una banda de primera clase gracias a perlas de la talla de “Changin' Times”, “Love Hurts”, o “Whiskey Drinkin' Woman”, y “No Mean City”, en el que añadieron al guitarrista venido de Tear Gas y de la Sensational Alex Harvey Band, Zal Cleminson, y facturaron sin duda su trabajo más duro y además pionero de la posterior N.W.o.B.H.M. que vendría en los '80, entre otros muchos más trabajos de gran calidad como “Close Enough for Rock 'n' Roll”, “Loud 'N' Proud” o “Expect no Mercy”.

Su época dorada duró esos diez años, ya que al entrar la nueva década se volcarían de lleno en un dulcificado “AOR” muy enfocado a las emisoras FM con “Malice in Wonderland”, que aún resultaba decente y no sólo eso, sino que en realidad gozaba de gran atractivo musical e interesante escucha. Cleminson se largó del grupo, quizá por diferencias musicales, y entró por primera vez, un teclista oficial, John Locke, que se encargó de tal labor en “The Fool Circle”, un disco que ya muestra el camino que iban a seguir Nazareth, con secuencias y efectos de batería y tonos muy “aoreros” y “poperos”, aunque sin duda era más “rockero” que el anterior.

De repente entró otro miembro en el barco, el joven guitarrista Billy Rankin, y así, el sexteto realizó en 1.982 su mejor obra en la década tras el mítico álbum en directo “'Snaz”, “2XS”, una espectacular combinación de puro “hard rock”, “pop” directo para la radio y el “AOR” más ochentero. “Love Leads to Madness” y “Dream On” fueron de los cortes más recordados, aunque hay otros buenos momentos.


A partir de ahí todo fue cuesta abajo. La discográfica A&M presionó a los músicos para que repitieran el éxito de “Dream On” y así salió lo que salió, un completo abandono de sus raíces para dedicarse en cuerpo y alma al “pop rock”. Tras irse Locke, “Sound Elixir” fue la respuesta a la gran pregunta “¿podían seguir Nazareth?”. Un LP que representa su peor esfuerzo y donde lo único que se puede rescatar es el primer tema, “All Night Radio”, y la balada “Where Are you Now?”.

Nazareth cayeron, fueron relegados al estatus de “dinosaurios”, Rankin se fue para probar suerte en solitario y de nuevo como cuarteto, los chicos firmaron un nuevo contrato con Vertigo. En aquellos momentos estaban despuntado obras tan atrayentes y exitosas como “Pyromania”, “Eliminator”, “Agent Provocateur” o “MCMLXXXIV”. Discos que probaban que adaptarse a las modas no parecía algo tan malo. Pero hay que puntualizar que, por A o por B, ciertas bandas no estaban hechas para tener éxito también en la misma época. Y eso mismo intentaron demostrar los escoceses. Así que en Septiembre de 1.984 salió a la venta “The Catch”, el más “pop” de todos los trabajos que hizo y que haya podido hacer el grupo en toda su carrera.


Y es que, si bien es el disco menos “nazarethiano” que se haya escuchado, como disco de “pop rock” individual tampoco está tan mal, si uno pone en suspenso el conocimiento que tiene de “Expect no Mercy” o “Hair of the Dog”. Es decir, uno haría mal en acordarse de que los tipos que abren con el primer tema del LP son los mismos que daban la caña que daban en “Beggar's Day/Rose in the Heather”.

Así que lo mejor es oírlo sin prejuicios. Asimilado ese gran esfuerzo, “The Catch” resulta disfrutable, divertido, y, dicho sea de paso, poseedor de muy buenos temas. No tiene nada que ver con el anterior “Sound Elixir”, que sonaba muy incoherente, muy inofensivamente “aorero”, muy flojo en sonido.

“The Catch” tiene todo su punto de mira en explotar el filón del “pop” americano en su máxima expresión; grandilocuente, comercial a más no poder, de nuevo haciendo uso de secuenciadores y de las más modernas tecnologías de la época para sonar moderno y fresco, y con retazos “rockeros” muy pronunciados si uno se fija bien. Si en vez del nombre de Nazareth hubiera estado el de una banda novel americana nadie sería tan duro a la hora de juzgarlo:



-El LP comienza con la extensa “Party Down”, “popera” a más no poder y que demuestra la senda que toman los de Dunfermline de una vez por todas. Muy entretenido, de gran ritmo, con teclados despidiendo azúcar glas, una batería electrónica de lo más cuca y McCafferty intentando sonar a lo Lou Gramm (pero sucumbiendo a su cada vez más gastada garganta), se desarrolla durante más de seis minutos, mezclando guitarras eléctricas con acústicas y manteniendo una sección rítmica constante, donde hay un solo de guitarra de Charlton que resulta raro de oír entre tanto secuenciador y un estribillo muy (pero muy muy) repetitivo, con unas letras que hablan de una noche de fiesta lúdica llena de alcohol y chicas...y punto.


-El siguiente es una interesante y emotiva versión del “Ruby Tuesday” de The Rolling Stones, que Nazareth traen a su nuevo terreno súper “popero” y que sacaron como un primer “single” que gozó de algún éxito en los “charts”. Aunque esto no pasa de ser una curiosidad más. Habría estado bien verles versionear este tema en la época del “Play'n' The Game”.


-Mucho más “rockera” se muestra “Last Exit Brooklyn”, con McCafferty haciendo uso por fin de su técnica tan cazallosa de cantar en un tema trepidante y espectacular, nuevamente lleno de ritmo y buen “feeling”. Uno de los mejores del LP, que nos pone de manifiesto que Nazareth siguen siendo capaces de dar caña, aunque sea entre teclados y sonidos muy comerciales.



-Por desgracia, para calmar el asunto, se presenta sin avisar “Moondance”, tímido, suave, entrañable, más propio de los MAGNUM o JOURNEY más “aoreros”, que sin duda resulta el menos interesante del LP. Es de esas canciones que uno espera escuchar acompañando a los créditos finales de cualquier película romántica de los '80.



-Se acaba ese chicle musical y llega una de las mejores baladas jamás hechas por la banda, “Love of Freedom”. Y es que Nazareth lo bordan con sus baladas, no es algo que no se sepa. Esta, en concreto, es un pomposo corte, denso y épico, y con una tensión que se desarrolla poco a poco entre la rasposa y “nueva” voz de McCafferty y los redobles de la batería hasta estallar entre los baquetazos de Darrell Sweet en el minuto 3:52, tras escuchar “Hay muchos momentos para oír los nombres de los amigos que han estado ausentes. Quizás de vez en cuando sigas recordando el dolor, como si fuera ayer”.


-Con esto llega la canción más dura del álbum, la más “rockera” y pesada, que desentona bastante entre tanto caramelo musical, “This Month's Messiah”. La desesperación, la incertidumbre y las ansias de encontrar una salida son las pautas que marcan las líricas: “Sólo soy un forastero buscando la tierra sagrada; sólo soy un cuerpo perdido, pero mi alma puede ser hallada […] Soy un luchador harto de vivir bajo amenaza…¿pero estoy buscando amar o huir? ¿Cuántas millas hay?, ¿cuántas millas quedan hasta Babylon?”.
Un corte que más habría valido dejarlo para el álbum que vendría después de “The Catch”, “Cinema”, mucho más duro y emparentado con el “heavy metal” americano de los '80, aunque también de tendencias “pop”.


-Paréntesis de más de seis minutos para sumergirse en la piscina del “techno pop” y desvaríos “disco” con “You don't Believe In Us”, una canción similar a “Party Down”, con un ritmo constante dominando los secuenciadores y una tímida guitarra eléctrica, además de sustentarse la teoría de que está dedicada al manager de la banda, Jim White, por razones que ya conoceremos. “Nunca te pedí dinero, sólo necesitaba algo de tiempo. Cogiste más de lo que diste y te quedaste al margen […] Nunca me hiciste favores, nunca te debí nada. Nunca sabrás por qué sueñas lo que traerá el mañana. No crees en nosotros, sólo querías nuestras mentes; no crees en nosotros, sólo estás compensando nuestro tiempo”, decían las amargas letras. Pero si por algo se hace este tema más disfrutable que ninguno es por su minuto y 52 segundos del final, donde los empalagosos teclados se unen a una emotiva y casi melancólica guitarra de Charlton, acentuándose el ritmo de la batería y creando un extravagante y bailable espectáculo “pop” que resulta imposible no seguir con los pies.


-El “rock” vuelve, gracias a Dios, con el animado corte “Sweetheart Tree”, de lo mejorcito del LP, que bien podría pertenecer a Night Ranger o a cualquier otra banda de “AOR” de los '80, regalándonos otro momento muy divertido con unas inofensivas melodías la mar de adictivas y coros repetitivos y contagiosos.La magia del sencillo “hard rock” que ha caracterizado siempre a Nazareth se muestra bien esta pieza de poco más de tres minutos.


-Otra revisión que llega para acabar el “track listing” del LP es la del clásico de los '60 “Road to Nowhere”, que firmó el matrimonio Gerry Goffin y Carol King, y que Nazareth versionan magistralmente, porque en eso tampoco fallan los escoceses, a la hora de reinterpretar canciones de otros lo clavan. Meten en terrenos “poperos” y comerciales una pieza que perfectamente sirve para cerrar un plástico de estas características, si uno presta atención al título de la misma (“carretera a ninguna parte”). El grueso bajo de Pete Agnew resuena más aquí que en cualquier otro tema.



-La cara “B” del “single” de “Party Down” traía el adictivo “Do you Think About It?”, otro lúdico momento que tampoco es que se saliera mucho de los parámetros que había trazado la banda, aunque ya podían haber dejado este en el LP en vez del pastoso “Moondance”. El estribillo hace que sea un muy coreable y bailable corte.


-Una rareza posteriormente editada y remasterizada es una pieza que pertenece a las sesiones de “The Catch”, llamada “S.O.S.”, que abusa también del uso de secuenciadores, teclados y baterías electrónicas, pero que a la vez resulta distinta, más densa y oscura y con un sentimiento “rockero” muy emparentado al de “Last Exit Brooklyn”, por poner un ejemplo.

Y aquí se acaba la cosa.

Este disco no se presentó en EE.UU. hasta más tarde, pero tuvo un buen recibimiento en muchos países de Europa, como Alemania o Noruega, no obstante, como es obvio, no obtuvo ninguna repercusión.

La verdad es que este no fue el período más brillante de los chicos, aunque sirve para mostrar el lado más oscuro de su carrera (aunque resulte paradójico, debido a la diversión que está impregnada en este LP), tanto a nivel creativo como a nivel profesional.
Muy acertado comentar eso, ya que su manager (del que hablamos antes) reeditaba y distribuía ilegalmente muchos de los trabajos del grupo en su propia discográfica, Sahara Records, que fueron quitados de en medio en cuanto el cuarteto fue a juicio y ganó el caso.

Tras esta racha de baches infinitos Nazareth reorganizaron sus ideas y junto a su ingeniero de sonido, Calum Malcolm, y Doug Banker, un buen amigo de A&R, hicieron lo imposible para realizar uno de sus mejores esfuerzos en años, “Cinema” ('86), aunque ya es irse muy lejos.

Para la posteridad queda esta rareza de los creadores del “Hair of the Dog”, un trabajo con el que intentaron renovarse para calar en el panorama moderno de aquella década pero que les llevó a fracasar estrepitosamente, además de pronunciarse el desgaste de cuerdas vocales que arrastraba McCafferty desde 1.982.

Bien escuchado, como se ha dicho, es un buen disco. Como disco de “pop rock” no está mal, pero el nombre de Nazareth para nada se identifica con él; así que, que alguno de sus temas fuese interpretado por el grupo en años posteriores en concierto es muy poco probable.

Sin embargo, como dijo un crítico musical hace unos años: “Para sufrir con cualquiera de esas bandas ñoñas de “pop” ochentero me quedo con Nazareth”...yo también opino lo mismo.

(Mejor canción: “This Month's Messiah”).

Nazareth The Catch (Deluxe Edition)



Temas
1. "Party Down"
2. "Ruby Tuesday"
3. "Last Exit Brooklyn"
4. "Moondance"
5. "Love of Freedom"
6. "This Month's Messiah"
7. "You don't Believe In Us"
8. "Sweetheart Tree"
9. "Road to Nowhere"

10. "Do you Think About It?"
11. "Party Down (Single version)"
12. "Last Exit Brooklyn (Alternate version)"
13. "You don't Believe In Us (Edit version)"
14. "Party Down (Live in Germany '84)"
15. "Ruby Tuesday (Live in Germany '84)"
16. "This Month's Messiah (Live in Germany '84)"







Notasi te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en

que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias

Comentarios